Descripción
Fue el propio Drake quien llevó personalmente las cintas del máster a Island Records, dejándolas sobre el mostrador de recepción y marchándose sin decir nada. No podía ser más coherente. Su último disco tenía que ser él y solo él. Sin acompañamiento y con una dolorosa austeridad, Nick Drake se vacía por completo en sus surcos. Fue inútil, Pink Moon se estrelló casi antes de despegar y él desapareció del radar hasta su fallecimiento. Lo que sigue es la fascinante historia de recuperación, ascenso y enaltecimiento de un disco depresivo, ignorado durante décadas y grabado por un artista ya fallecido. Y todo gracias a… un anuncio de coches. ¿O no tanto?
Amanda Petrusich realiza esta minuciosa investigación junto a los mayores implicados, aderezada con comentarios de otros músicos, para trazar la historia de Pink Moon, álbum cuya reciente popularidad ha transformado póstumamente a Nick Drake en un icono del folk intimista de los 70, algo no siempre bien visto por ciertos fans.